¿Qué es el trastorno de estrés postraumático?
El trastorno de estrés postraumático, conocido como PTSD, es una enfermedad mental causada por un acontecimiento traumático. Cuando una persona sufre un acontecimiento traumático, su cerebro asocia experiencias sensoriales al recuerdo del trauma, lo que significa que cuando vuelve a experimentar estímulos sensoriales similares, puede recordar su experiencia pasada. Esto puede desencadenar síntomas de PTSD, aunque el suceso actual no represente ningún peligro.
Puede padecerse a cualquier edad y en cualquier sexo; cada persona que sufre PTSD reacciona de forma diferente. Algunas personas experimentan síntomas de PTSD en cuanto sufren un acontecimiento traumático, mientras que otras lo desarrollan meses después. Es importante comprender qué puede causar el PTSD, así como qué circunstancias pueden desencadenar los síntomas del PTSD.
¿Qué puede considerarse un acontecimiento traumático?
Un suceso traumático es cualquier accidente que cause daño, ya sea físico, emocional o psicológico. Desde experimentar en primera persona una situación que pone en peligro la vida o una circunstancia que entraña peligro. En definitiva, cualquier cosa que una persona considere una experiencia peligrosa y que repercuta negativamente en sus emociones puede causar trauma y, a su vez, PTSD.
Por ejemplo, un acontecimiento traumático puede ser:
- Accidentes de tráfico
- Agresiones violentas o sexuales
- Experiencias de parto
- Guerra y veteranos de guerra
- Antecedentes familiares
Síntomas del PTSD
Los síntomas del PTSD pueden aparecer tan pronto como se produce un suceso traumático; otros síntomas del PTSD pueden aparecer semanas, meses o, en algunos casos, incluso años después del suceso. Conocer cuáles son los síntomas del PTSD puede ayudarle a prepararse para afrontarlos con las reacciones emocionales adecuadas. Normalmente, los síntomas más comunes son:
- Reexperimentación: es un síntoma frecuente entre quienes padecen PTSD. Ocurre cuando una persona revive su trauma a través de recuerdos retrospectivos, pesadillas y pensamientos constantes sobre el suceso.
- Evitación: cuando uno intenta evitar que le recuerden lo que ha vivido durante un acontecimiento traumático. Esto puede significar evitar sentimientos, lugares específicos y personas mientras se distrae con otras cosas, como el trabajo o las aficiones.
- Hiperactivación: una persona que padece PTSD puede sentirse ansiosa y tener dificultades para relajarse, al tiempo que está constantemente alerta ante las amenazas. Este estado puede provocar insomnio, dificultad para concentrarse e irritabilidad.
PTSD complejo
El PTSD complejo puede estar causado por episodios traumáticos prolongados o recurrentes, como los malos tratos en la infancia o la violencia doméstica. Si sufres un trauma a una edad temprana o alguien cercano te hace daño, es posible que hayas desarrollado un PTSD complejo en lugar de un PTSD.
El PTSD complejo presenta síntomas similares pero suele incluir otros más complicados, por ejemplo:
- Sentimientos de inutilidad, vergüenza o culpabilidad
- Dificultad para mantener amistades
- Problemas para controlar los sentimientos y las emociones
- Dificultad para conectar con otras personas
PTSD y adicción
Los estudios demuestran que las personas con PTSD pueden tener un mayor riesgo de desarrollar un problema de abuso de sustancias y adicción. Si tú o un ser querido padecéis PTSD y estáis pensando en consumir drogas o alcohol o ya tenéis una adicción, es crucial recibir tratamiento tanto para el PTSD como para el abuso de sustancias.
¿Qué son los desencadenantes del PTSD?
Algunos desencadenantes del PTSD son claros y bastante fáciles de identificar. Por ejemplo, ver un reportaje sobre un trauma similar que recuerde a una persona su pasado puede desencadenar síntomas. Sin embargo, no es raro que algunos factores desencadenantes del PTSD sean más difíciles de detectar y a menudo pasen desapercibidos hasta que uno se siente provocado y, por lo tanto, tiene una respuesta negativa hacia ellos.
Diferentes tipos de desencadenantes
Los desencadenantes del PTSD pueden ser internos o externos. Los desencadenantes internos incluyen todas las cosas que uno experimenta o siente dentro de su propio cuerpo y mente. Como recuerdos, emociones, pensamientos negativos y sensaciones corporales. Por ejemplo, los desencadenantes internos del PTSD son:
- Latidos acelerados
- Ira
- Ansiedad
- Tensión muscular
- Tristeza
- Sensación de abandono
Los desencadenantes externos son todo lo que ocurre fuera de su cuerpo: desde las personas que ve y los lugares que visita hasta las situaciones que vive durante el día. Los desencadenantes externos específicos son:
- La exposición a una noticia sobre un accidente similar, que hace que la persona vuelva a experimentar el trauma.
- El estrés del final de una relación
- Un aniversario del suceso
- Un flashback o recuerdo de la experiencia traumática
- Ver a alguien que recuerda los acontecimientos traumáticos.
- Olores o sabores específicos que traen recuerdos desagradables del trauma.
¿Cómo se desarrolla un disparador?
Normalmente, ante el peligro, el cuerpo se prepara para luchar o quedarse inmóvil. En tales circunstancias, es posible que el corazón lata más deprisa y los sentidos se pongan en alerta máxima. Además, el cerebro puede incluso detener algunas de sus funciones normales para concentrarse en la amenaza. Esto también puede afectar a la memoria a corto plazo.
Cuando alguien que pasó por un acontecimiento traumático se enfrenta a una experiencia similar que le recuerda el trauma y desencadena recuerdos, el cerebro no procesa el trauma como algo del pasado sino como algo que está ocurriendo en el presente, lo que le hace sentirse estresado o incluso asustado aunque esté seguro de que está a salvo.
¿Cómo afrontar los desencadenantes del PTSD?
Hacer frente a un trauma no es fácil, sobre todo si se atraviesan situaciones capaces de desencadenarlo, especialmente cuando no se pueden detectar los factores desencadenantes. Por eso, manejar adecuadamente los desencadenantes del PTSD puede ayudarle a estar preparado cuando se enfrente a nuevos escenarios que posiblemente le provoquen síntomas. Esto puede hacerse desarrollando más estrategias de afrontamiento, pero es importante elegir las adecuadas.
Las estrategias de afrontamiento poco saludables pueden proporcionar una gratificación casi instantánea, como consumir alcohol para olvidar, pero pueden tener un impacto negativo a largo plazo, ya que no se está haciendo frente al trauma o a los desencadenantes.
Por otro lado, las estrategias de afrontamiento saludables le enseñarán a controlar y gestionar los recuerdos y las emociones incómodas, reconociendo al mismo tiempo sus desencadenantes personales.
¿Cómo tratar los desencadenantes del PTSD?
Una persona que sufre de PTSD puede aprender maneras y desarrollar estrategias de afrontamiento para manejar y lidiar con sus factores desencadenantes, pero en última instancia, buscar ayuda de un profesional de la salud mental puede ser más beneficioso. Hay muchas opciones de tratamiento que usted o un ser querido puede elegir dentro de los servicios de salud conductual para ayudar a aceptar su trauma mientras lidia con lo que le desencadena.
Por ejemplo, la terapia de exposición es un tipo de terapia cognitivo-conductual (CBT). Junto con estrategias de relajación, se expone a la persona a estímulos desencadenantes. Con el tiempo, la respuesta de miedo se sustituye por otra más positiva.
Del mismo modo, la atención informada por el trauma es una práctica revisada médicamente que pretende comprender y responder a los traumas en la vida de las personas y a los factores que los desencadenan, de modo que quienes padecen PTSD puedan recuperar el control de sus vidas.
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