La depresión posparto es un trastorno de salud mental que suele asociarse a las mujeres después de dar a luz; sin embargo, los hombres también pueden experimentar este tipo de depresión. Según algunos estudios, casi uno de cada diez padres padece esta enfermedad, aunque muchos casos no se diagnostican debido a la falta de detección, así como al estigma que rodea a la salud mental de los hombres.
Para los padres es tan importante cuidar de su hijo y de su pareja como de ellos mismos. Cualquier padre debe prestar mucha atención a su salud mental cuando cría a un hijo y ser capaz de reconocer que necesita ayuda cuando se enfrenta a una depresión posparto.
Los hombres biológicos no pasan por el aspecto físico del parto, aunque los importantes cambios mentales y de estilo de vida que sufren los padres pueden tener un grave impacto en la salud mental de alguien. Traer un hijo al mundo puede ser una experiencia extremadamente gratificante. Por otro lado, la paternidad también conlleva mayores niveles de estrés, emociones abrumadoras y agotamiento. Estos factores pueden hacer que los padres experimenten cambios hormonales, contribuyendo a un mayor riesgo de enfermedad psicológica.
Un sistema de apoyo sólido es clave durante los periodos prenatal y perinatal de la paternidad. En muchos casos, el padre carece de él o no sabe cómo comunicar sus necesidades a su sistema de apoyo, lo que contribuye a aumentar la probabilidad de desarrollar síntomas de depresión posparto.
Hay muchos más factores que contribuyen a un mayor riesgo de enfermedad, entre ellos:
En la mayoría de los casos, las nuevas mamás tienen mucho tiempo con su recién nacido, lo que permite un intenso vínculo entre ambos. Esto se debe a la baja por maternidad, a las expectativas de género y a que ellas mismas aún se están recuperando del parto. Antes del nacimiento de un hijo, es probable que el padre haya sido el centro de atención de su pareja. Este nuevo miembro de la familia, que requiere mucha atención, puede evocar sentimientos de soledad y rechazo en los nuevos papás.
Además, la disminución de la intimidad con su pareja, la privación del sueño y el intenso sentimiento de culpa provocado por su incapacidad para establecer un vínculo con el niño pueden agudizar estos sentimientos negativos, lo que conduce a la depresión posparto.
Los hombres suelen ser ignorados cuando se trata de la salud mental y esto es especialmente cierto para un nuevo padre. La falta de apoyo cuando llega el nuevo bebé en comparación con su pareja puede provocar sentimientos de abandono y resentimiento, y alimentar aún más las expectativas de género irracionales que se les imponen.
Aunque los sentimientos de agotamiento y estrés forman parte de la paternidad, si persisten, limitan la capacidad de alguien para cuidar de su hijo o interfieren en sus tareas diarias, podría ser más grave que los retos habituales de esta época. Los síntomas de la depresión posparto en los hombres son muy similares a los del trastorno depresivo mayor, aunque varían de una persona a otra.
El momento en que las madres y los padres experimentan la depresión prenatal y posparto suele ser diferente. Tras el parto, las mujeres suelen mostrar síntomas en un plazo de cuatro a seis semanas, aunque en algunos casos los signos pueden aparecer hasta los tres meses. En los hombres, los síntomas de la depresión prenatal son máximos durante el primer trimestre y de tres a seis meses en el periodo perinatal. Los hombres y las mujeres también presentan el trastorno de forma diferente, siendo los padres los que más se aíslan de su familia, prolongan su jornada laboral o pierden el interés por las actividades.
Las personas pueden experimentar algunos o todos estos síntomas comunes de la depresión parental, que incluyen:
Tras el nacimiento de un hijo, las mujeres suelen ser examinadas por su médico para detectar la depresión materna. A los hombres no se les suele examinar y tienden a no comunicar sus síntomas debido al estigma asociado a la salud mental masculina. Esto hace que la mayoría de los casos de depresión posparto masculina no se diagnostiquen ni se traten durante muchos meses o años. La depresión clínica en los padres se está reconociendo, diagnosticando y tratando cada vez mejor, aunque todavía queda margen para garantizar que todos los padres que la sufren puedan acceder fácilmente al tratamiento.
El diagnóstico y la intervención tempranos son fundamentales para limitar los efectos negativos de la enfermedad en el propio padre y en los miembros de su familia. Cuando no se trata, la depresión de un padre puede tener efectos negativos en el desarrollo y el bienestar de su hijo al:
No tratar, afrontar y comprender el trastorno también puede llevar a una desarmonía dentro de la relación del padre con la madre del niño, lo que a veces lleva a la ira, la agresión o la violencia en casos extremos.
Si usted o alguien que conoce está experimentando síntomas persistentes y continuos de depresión, intente avisar a sus familiares o amigos cercanos, a un médico o a un profesional de la salud mental para iniciar el camino hacia la superación de la depresión en el periodo posparto. Lamentablemente, la depresión no desaparece por sí sola. Cuanto antes establezca un profesional de la salud mental un plan de tratamiento, antes podrán aliviarse los síntomas de esta difícil enfermedad.
El interrogatorio clínico es una parte probable del diagnóstico de la depresión. Los expertos utilizan el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5ª edición (DSM-5), o la Escala de depresión postnatal de Edimburgo (EPDS). Ambas requieren un cuestionario de salud del paciente para revisar la gravedad del cuadro que presenta. Antes de hacer un diagnóstico, también se pueden realizar otras pruebas -como análisis de sangre o cuestionarios de antecedentes familiares- para descartar cualquier otra condición subyacente que pueda estar causando la depresión.
Buscar tratamiento para este trastorno puede ser desalentador, aunque el diagnóstico y la intervención tempranos son esenciales para la salud tanto del padre como de la unidad familiar en general. El enfoque del tratamiento de la depresión posparto paterna es extremadamente individualista: depende de la gravedad del trastorno y de la situación de la persona. Normalmente, las personas se someten a terapia, se les prescribe medicación o ambas cosas.
Hay una serie de terapias diferentes que se utilizan habitualmente para aliviar los síntomas de la depresión. Para obtener los mejores resultados, debe considerarse un modelo adaptado al padre cuando se trate la enfermedad. Estas intervenciones pueden incluir:
Además de la terapia, la asistencia a grupos de apoyo y a clases educativas también ha demostrado ser extremadamente útil para superar la depresión paterna. Esto es especialmente cierto si el individuo carece de apoyo de personas en su vida.
Normalmente, los inhibidores de la recaptación de serotonina -o ISRS- se utilizan para tratar la depresión. Sin embargo, estos fármacos no son la opción adecuada para todas las personas, ya que a veces pueden provocar efectos secundarios no deseados. Afortunadamente, también hay otros medicamentos que pueden considerarse para el tratamiento.
El cerebro de cada persona funciona de forma muy diferente, por lo que encontrar la medicación adecuada para cada uno es sobre todo un viaje de prueba y error. Si alguien que toma antidepresivos experimenta efectos secundarios desagradables, siente que la medicación no ha cambiado nada o que su depresión empeora, debe notificarlo inmediatamente a su proveedor de atención médica para que elabore un plan de tratamiento alternativo.
Existen algunos hábitos sencillos de autocuidado que las personas con cualquier tipo de enfermedad mental pueden adoptar para proteger su bienestar y aumentar su calidad de vida.
Entre ellas se encuentran:
Puede ser difícil reconocer los síntomas de la depresión prenatal y posparto en los padres y puede parecer aún más difícil saber qué hacer a continuación. Juntos, en GIA Miami, podemos ayudar a los padres a abordar este trastorno y aprender a manejar los síntomas depresivos en beneficio de toda la familia.
Desde la CBT, a los grupos de apoyo, e incluso la estimulación magnética transcraneal (TMS), tenemos todas las opciones disponibles para crear un programa de tratamiento individualizado para usted.
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