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¿Cómo afecta la depresión al cerebro?

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El cerebro es uno de los órganos neuroquímicos más complejos que tenemos en nuestro cuerpo. Nos permite pensar, tomar decisiones, dormir, comer, regular nuestras emociones y mantener en funcionamiento nuestros sistemas corporales. Cada actividad que realizamos en nuestra vida diaria, cada sentimiento o pensamiento que tenemos y cada operación automática de nuestros órganos comienza o pasa por el cerebro.

Sabemos que la depresión afecta a nuestro cerebro desencadenando tristeza y pensamientos pesimistas. Pero ¿sabías que la depresión también tiene el poder de afectar a la neuroanatomía de nuestro cerebro? Así es. La depresión puede hacer más daño que sólo afectar a nuestras emociones: puede cambiar la estructura y la neuroquímica de nuestro cerebro.

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Afortunadamente, estamos en una época que nos proporciona tecnología y un conjunto de conocimientos para profundizar en los síntomas físicos de la depresión. Además, comprender cómo afecta la depresión a las regiones del cerebro es esencial para desarrollar tratamientos más eficaces contra la depresión.

Esto puede ayudarle a usted o a un ser querido a seguir un camino de recuperación sólido con un cambio duradero. Así pues, vamos a embarcarnos en la ciencia que hay detrás de la depresión y el cerebro.

¿Qué es la depresión mayor?

En el ámbito de la salud mental, depresión mayor o trastorno depresivo mayor es el término técnico para referirse a lo que generalmente llamamos depresión clínica. La depresión mayor es una condición psicológica que provoca sentimientos bajos significativos y persistentes, pensamientos negativos y una serie de síntomas físicos.

Los síntomas del trastorno depresivo mayor pueden ser peores que la simple sensación de agotamiento durante días o incluso semanas. De hecho, en el caso de la depresión grave, los síntomas pueden ser tan insoportables que perjudican casi todos los aspectos de nuestra vida, como realizar actividades básicas como comer o ducharse.

Puede que todos sepamos que la depresión provoca sentimientos de tristeza o desesperanza, pero ¿cuáles son los otros signos a los que debemos prestar atención? Algunos de los otros síntomas de la depresión son

  • Fatiga continua o baja energía
  • Insomnio
  • Dormir demasiado
  • Cambios significativos en los patrones de alimentación que dan lugar a un aumento o pérdida de peso
  • Falta de concentración o problemas de atención no asociados a otro trastorno del estado de ánimo, enfermedad mental o abuso de sustancias
  • Falta de placer en la mayoría de las actividades o relaciones
  • Un sistema inmunológico debilitado que no está relacionado con otras condiciones de salud
  • Dolor físico o molestias (por ejemplo, dolores de cabeza y de estómago) que no están asociados a otra condición de salud o trastorno del estado de ánimo
  • Pensamientos suicidas o intentos de suicidio

Según las directrices de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), si experimenta la mayoría de estos síntomas depresivos durante dos semanas o más, puede estar sufriendo una depresión mayor o un trastorno depresivo mayor. Si tiene pensamientos de quitarse la vida, póngase en contacto con la Línea Nacional de Prevención del Suicidio para recibir apoyo inmediato.

Como puede reconocer, todos estos síntomas son bastante perceptibles. ¿Pero qué pasa con las partes de nuestro cuerpo que no podemos ver? ¿Qué impacto tiene la depresión en nuestro cerebro?

La depresión y la anatomía del cerebro

El cerebro es un órgano superelaborado formado por vasos sanguíneos, nervios, neuronas, células gliales, materia blanca y materia gris. Todos estos elementos trabajan alineados para garantizar que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen adecuadamente en todo momento. Cuando una de estas pequeñas partes no funciona como debería, el cerebro y el cuerpo pueden sufrir. El resultado puede ser una gran variedad de efectos físicos o enfermedades mentales.

En el interior del cerebro hay unos mensajeros químicos llamados neurotransmisores. Los neurotransmisores transmiten mensajes de una neurona a otra o de las neuronas a los músculos. Los neurotransmisores pueden enviar tres tipos de mensajes: pueden pedir a la neurona que aumente su actividad, que la disminuya o que la module. Pero, ¿por qué son importantes los neurotransmisores?

Relación de los neurotransmisores con la depresión

Los científicos han estudiado la conexión entre la actividad baja o excesiva de los neurotransmisores y los trastornos del estado de ánimo, como la depresión. A su vez, han descubierto que algunos neurotransmisores tienen una relación directa con la depresión, entre ellos:

  • La dopamina. La dopamina influye en nuestra capacidad de experimentar placer y motivación.
  • Norepinefrina. La norepinefrina envía señales al cerebro y a todo el cuerpo cuando se produce un acontecimiento estresante, activando el sistema de “alarma” del organismo.
  • La serotonina. Este neurotransmisor influye en diferentes actividades, como nuestras respuestas emocionales, los patrones de sueño y los ciclos de alimentación, que intervienen en la regulación del estado de ánimo.

Algunas personas se refieren a la serotonina, la dopamina y la norepinefrina como las “hormonas de la felicidad”. Cuando estas tres actúan de forma adecuada, los síntomas de la depresión pueden disminuir significativamente o desaparecer. Nuevas investigaciones han descubierto otros dos neurotransmisores relacionados con la depresión: el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico (GABA).

El glutamato es el neurotransmisor excitador más importante de todo el sistema nervioso, ya que ayuda al desarrollo normal del cerebro. Pero cuando hay una alta concentración de glutamato, las células nerviosas pueden morir por sobreactivación.

A diferencia del glutamato, que puede matar las células cerebrales con su poder excitatorio, el GABA tiene un efecto calmante en el sistema nervioso. Este efecto calmante se produce gracias al poder inhibidor del GABA, que puede reducir la hiperactividad de las células cerebrales durante el estrés o la ansiedad.

Muchas investigaciones demuestran que el trastorno depresivo mayor no tratado provoca un desequilibrio en la actividad de estos cinco neurotransmisores. Durante un episodio de trastorno depresivo mayor, el nivel de dopamina, serotonina y GABA disminuye, mientras que la actividad de la norepinefrina y el glutamato aumenta. Esta infra y sobreactividad de las sustancias químicas cerebrales puede causar efectos dañinos en las células cerebrales e incluso modificar la estructura de algunas áreas del cerebro.

La depresión y el encogimiento del cerebro

Gracias a la neuroimagen y a la tecnología médica, los científicos han observado que el trastorno depresivo mayor no tratado provoca cambios estructurales en el cerebro. Los investigadores han descubierto que algunas zonas del cerebro se encogen cuando la depresión se convierte en una enfermedad mental de larga duración, mientras que otras se vuelven amorfas.

Una de las razones es que estas áreas cerebrales pierden o modifican su volumen de materia gris (VMG). Pero, ¿qué regiones cerebrales se ven más afectadas durante los episodios depresivos?

Corteza prefrontal

El córtex prefrontal desempeña un papel vital en una gran variedad de funciones, como la planificación, la toma de decisiones, la memoria de trabajo, el control de la conducta, el aprendizaje de reglas, la expresión de la personalidad y las emociones sociales.

El córtex prefrontal es muy susceptible a las hormonas del estrés (piense en esos momentos en los que el estrés le ha influido para tomar decisiones impulsivas). Los científicos han encontrado anormalidades en algunas áreas de la corteza prefrontal en la mayoría de los individuos que experimentan un trastorno depresivo mayor.

Hipocampo

El hipocampo es quizá una de las zonas más estudiadas en lo que respecta a la depresión y los cambios cerebrales, lo que se debe en parte a su mayor nivel de maleabilidad o neuroplasticidad.

Incluso cuando envejecemos, la neuroplasticidad del hipocampo nos permite seguir aprendiendo y almacenando información en nuestra memoria mediante la creación de nuevas redes neuronales. Pero, por desgracia, la depresión a largo plazo provoca la atrofia y el encogimiento de esta zona del cerebro.

Amígdala

La amígdala es la parte del cerebro responsable de regular las respuestas conductuales, fisiológicas y emocionales ante las amenazas o los acontecimientos estresantes. En otras palabras, la amígdala activa nuestro sistema de alarma de “lucha, huida y congelación”.

Recientemente, las investigaciones han puesto de manifiesto que un episodio depresivo mayor modifica físicamente el tamaño de la amígdala. La depresión aguda aumenta el tamaño de la amígdala, mientras que el trastorno depresivo mayor permanente provoca el efecto contrario.

Inflamación cerebral

Por último, pero no por ello menos importante, algunas personas con depresión clínica pueden experimentar una inflamación cerebral como respuesta inmunitaria a esta enfermedad mental. Aunque un nivel bajo de inflamación cerebral puede no ser preocupante, las investigaciones muestran que los niveles prolongados o más altos de inflamación cerebral pueden ciertamente aumentar el riesgo de experimentar otros problemas de salud física y mental.

¿Son permanentes los cambios en el cerebro?

No en la mayoría de los casos, siempre que la persona siga un tratamiento adecuado para la depresión mayor.

Como hemos mencionado antes, el cerebro tiene esta gran herramienta llamada neuroplasticidad, lo que significa que puede regenerarse a sí mismo permitiendo que crezcan nuevas células cerebrales y se conecten con otras. Sin embargo, encontrar el tratamiento adecuado a tiempo es crucial para ayudar al cerebro a sanar antes de que experimente daños más graves.

Tratamiento centrado en el cerebro para la depresión clínica

Existen diferentes tratamientos para ayudarle a superar la depresión mayor. Algunos tratamientos eficaces son la psicoterapia y el tratamiento con antidepresivos. Sin embargo, en algunos casos, la depresión mayor se vuelve resistente a estos tratamientos. En estos casos, la terapia de estimulación magnética transcraneal (EMT) ha demostrado su eficacia.

La estimulación magnética transcraneal es un tratamiento aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) para la depresión resistente al tratamiento. Es una forma no invasiva e indolora de estimulación cerebral.

El objetivo de la EMT es dirigirse a las zonas cerebrales afectadas y volver a despertar o calmar la actividad de las células cerebrales en zonas específicas. En comparación con otros tipos de estimulación cerebral, la EMT solo se dirige a la parte afectada del cerebro y no requiere anestesia ni hospitalización.

¿Cómo puedo conseguir ayuda?

En GIA Miami, le invitamos a utilizar nuestra experiencia, conocimiento y tecnología para diseñar un plan de tratamiento individualizado para usted. El trastorno depresivo mayor es una condición de salud mental atormentadora, ¡pero es tratable!

Creemos que cualquier persona merece aumentar su bienestar mental, incluido usted. Así que, cuando te sientas preparado, llámanos al 561.462.4099 para informarnos sobre tus necesidades mentales o emocionales. Estaríamos honrados de ofrecerle una mano amiga y caminar con usted durante su viaje de sanación.

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