Nuestro entorno físico influye en nuestra forma de pensar, nuestras emociones y nuestro comportamiento. Puede afectar a nuestras relaciones con los demás, así como a nuestra toma de decisiones y a nuestra productividad.
Si el orden u organización del entorno vital de una persona desempeña un papel crucial en su salud física y mental, el de nuestro entorno de trabajo es igualmente vital para una vida sana.
El espacio desordenado en casa y en el trabajo
Las habitaciones desordenadas y los espacios desordenados pueden tener efectos negativos en nuestra capacidad de concentración. Pueden hacernos sentir deprimidos y ansiosos, e influir en nuestras elecciones alimentarias y nuestro sueño. El desorden, especialmente en los adultos mayores, disminuye nuestra satisfacción general con la vida.
Aparte de un escritorio desordenado o una habitación desordenada en la casa de alguien, la desorganización puede adoptar la forma de gestión del tiempo, que está relacionada con la productividad.
Estar desconcentrado o desorganizado suele significar que alguien no está haciendo el mejor uso de su tiempo, y que fácilmente se le acumula el trabajo. Esto, además de otros factores, contribuye al estrés, que es el enemigo de la productividad. En el contexto laboral, esto cuesta a las empresas estadounidenses hasta 190.000 millones de dólares cada año en costes de atención sanitaria.
Un hogar despejado, al igual que un escritorio despejado, suele indicar una mente despejada. En el trabajo, esto significa ser más productivo. Pasar menos tiempo buscando notas, papeles o datos y más tiempo trabajando ayuda a la gestión del tiempo.
Pero una habitación desordenada no es infrecuente, como tampoco lo es un escritorio desordenado. Una agenda apretada puede hacer que las tareas se acumulen. Aunque dejar los platos sucios durante una hora mientras se descansa está bien, dejarlos durante días o semanas puede llevar a sentirse abrumado, y podría ser indicativo de problemas de salud mental. Lo mismo ocurre con la evitación de la carga de trabajo.
La creatividad también está relacionada con el desorden. Un espacio personal no perfecto pero ligeramente desordenado no es algo que deba preocupar, especialmente cuando se trata del pensamiento creativo. Aunque algunas personas pueden sentirse limitadas en un espacio organizado, el desorden puede convertirse en un verdadero problema cuando la seguridad y la salud mental o física se ven afectadas negativamente por él.
Cuando una casa desordenada se convierte en un desorden tan grande que resulta inhabitable o insegura, los problemas de salud mental podrían ser la causa.
Una enfermedad mental subyacente, como el trastorno obsesivo-compulsivo (OCD), la demencia, la esquizofrenia, la depresión mayor o los trastornos por abuso de sustancias, podría causar una casa extremadamente desordenada. A menudo, los niños con habitaciones desordenadas tienen dificultades para mantenerlas limpias debido al trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADHD).
Efectos y causas de la desorganización
Algunas personas pueden considerar que la desorganización es el resultado de la pereza. Pero hay una psicología subyacente que puede impedir que alguien limpie.
Normalmente, cuando hay desorganización en el hogar de una persona, ésta puede tener la misma situación en el trabajo. Las tareas a medias, los plazos no cumplidos o los escritorios desordenados también pueden hacer que alguien experimente más ansiedad.
El exceso de cosas puede dificultar la organización y la limpieza de la casa, sobre todo en una familia numerosa. La gente puede aferrarse a las cosas porque le parece una tarea enorme o exigente deshacerse de ellas. Puede parecer más fácil dejar las cosas como están.
Salud mental
Una pila de “tareas pendientes”, proyectos inacabados y el caos afectan sin duda a nuestra salud mental. Aunque no siempre es así, una habitación o una casa desordenada podría reflejar un problema de salud mental subyacente, como la depresión.
Los niveles de cortisol, la hormona del estrés, son más altos en las personas cuyo entorno doméstico está desordenado. El exceso de cortisol está relacionado con la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental.
Las sustancias químicas que se derivan de la desorganización o del desorden de una habitación inundan las sustancias químicas necesarias para un estado de ánimo estable. En un ciclo continuo, los que luchan contra la enfermedad mental luchan por mantener sus espacios limpios debido a su enfermedad mental, y el espacio desorganizado a su vez mantiene o aumenta sus luchas de salud mental.
Depresión o ansiedad
Vivir con depresión significa que existe un vínculo entre el estado de ánimo o el ser de una persona y el estado de su hogar, sus finanzas y su carrera. A los que padecen depresión les puede resultar extremadamente difícil hacer muchas cosas, como mantener limpio un espacio de trabajo o de vida.
Los síntomas de la depresión, como la baja energía, la falta de motivación o los sentimientos de desesperanza, pueden hacer que sea muy difícil seguir el ritmo de las tareas cotidianas.
Mientras que una rutina diaria, que puede incluir el orden o la organización, resulta natural para algunos, alguien que sufre una depresión puede sentir que es casi imposible.
Los trastornos de ansiedad afectan a 6,8 millones de adultos en Estados Unidos. Esta enfermedad mental, que suele basarse en pensamientos acelerados e ilógicos sobre el futuro, puede dificultar la concentración de una persona en la vida o el trabajo que tiene por delante.
Pueden cometer errores en el trabajo, olvidarse de las citas o estar constantemente desorganizados ya que su cerebro se consume por “lo que podría pasar”. Puede que no sean capaces de ocuparse de una habitación o un espacio de trabajo desordenados.
Las experiencias negativas suelen provocar problemas de salud mental que afectan al comportamiento y disminuyen nuestra capacidad de organización. El trastorno de estrés postraumático (PTSD) puede dificultar la capacidad de una persona para manejar las cargas de trabajo, gestionar el tiempo u organizar su espacio.
Procrastinación
La procrastinación forma parte de la desorganización, y también provoca un ciclo de tensión y presión. Aplazar esa pila de trabajo o una carga de ropa en casa puede provocar una disminución del nivel general de satisfacción vital de una persona.
A veces, la procrastinación se debe a que una persona tiene demasiadas tareas en su lista de tareas pendientes y no es capaz de gestionar su tiempo ni de establecer prioridades.
En otros casos, la presión de la procrastinación se presenta en forma de hacer otras cosas hasta que se cumpla un plazo, esperar el estado de ánimo adecuado para hacer el trabajo o los platos, o distraerse con otras cosas.
Cuando los objetos están dispersos, la capacidad de concentración de una persona disminuye y la irritabilidad puede aumentar, y las posibilidades de distraerse son mayores. Mezclar notas o tareas personales con notas o tareas de trabajo puede aumentar el desorden y hacer que alguien evite ambas cosas. Permitir interrupciones durante el tiempo de trabajo también puede potenciar la procrastinación.
Sentirse abrumado
El desorden puede provocar una sensación casi constante de lucha y frustración. Puede impedir que alguien realice sus tareas diarias, se cuide o pase tiempo con sus seres queridos.
En cambio, pueden sustituir su tiempo por la búsqueda de objetos en su habitación, distraerse o sentirse abrumados. Al mismo tiempo, cuando se sienten abrumados, esto puede hacer que sigan viviendo con el desorden, ya que podrían luchar para limpiar.
El hecho de no querer afrontar el día puede deberse a que se sabe la cantidad de tareas que hay por delante, y a que la persona se siente abrumada porque no sabe por dónde empezar. Cuando alguien sufre una depresión, es habitual que se sienta abrumado por las tareas.
Cuando alguien sabe exactamente lo que tiene que hacer, es más fácil mantener la concentración y el compromiso. La tensión derivada de la desorganización se debe al desorden, ya que los sentidos de una persona se sobrecargan y el desorden la distrae de lo que debe o necesita hacer.
El desorden significa que se llena un “espacio en blanco” en el cerebro, lo que le impide concentrarse o resolver problemas. Un escritorio desordenado también puede hacer que alguien sienta que tiene más cosas que hacer de las que realmente tiene.
Salud física
Una habitación, una casa o un espacio de trabajo desorganizados también pueden afectar a nuestro estado físico. Mientras que un hogar desordenado conlleva un mayor riesgo de incendio y suele significar la acumulación de polvo y moho, los hogares ordenados y limpios suelen gozar de mejor salud y mayor actividad. El desorden y la desorganización también pueden hacer que alguien elija alimentos poco saludables en lugar de opciones más sanas.
¿Qué se puede hacer?
Los adultos jóvenes con enfermedades mentales pueden ocultar el desorden de sus casas o sus condiciones de vida por vergüenza o porque se sienten culpables.
El estigma y la vergüenza impiden a muchos jóvenes adultos obtener la ayuda que necesitan. Especialmente cuando una persona está deprimida, es muy difícil gestionar el desorden por sí misma. Lo mejor es buscar tratamiento para cualquier problema de salud mental.
Los siguientes consejos pueden marcar la diferencia a la hora de organizarse:
- Tanto si alguien sufre de depresión como de ansiedad, mantener un hogar y un espacio de trabajo ordenados, junto con la gestión del tiempo, puede ayudar. Establecer una rutina matutina y nocturna, con un pequeño esfuerzo para realizar tareas específicas, puede mejorar los síntomas.
- Lo mejor es empezar poco a poco. En lugar de intentar limpiar todas las habitaciones a la vez, o de intentar completar todo el trabajo pendiente, dividirlo en secciones para cada día puede ayudar a evitar sentirse abrumado. Al realizar pequeñas tareas, alguien puede sentir una mejor sensación de control y crear un impulso positivo para avanzar hacia la limpieza de más o hacer más.
- Divida las tareas de limpieza. Los que recurren a amigos o familiares pueden obtener apoyo para limpiar su espacio. Hacer que los niños de la familia limpien cada uno su habitación podría ayudarles a sentirse menos abrumados.
Centro de tratamiento
Buscar ayuda profesional podría ser la clave para superar la tensión mental que conlleva el desorden. Si usted o un ser querido se siente deprimido, GIA Miami está aquí para ayudarle.
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